martes, 30 de marzo de 2010

Verás como éstos negocian rápido...

No sé si será por la proximidad de las fechas de la Semana Santa, pero el viernes pasado algunos conductores a su paso por algunas de las principales vías de Catalunya creyeron presenciar un acto realmente milagroso.
¡Y no era para menos! Los empleados de las concesionarias de autopistas Acesa y Aucat ejerciendo su derecho a huelga habían decidido protestar de un modo original y en vez de unirse a la moda de cortar carreteras, que es algo que nunca aseguró la solución de los problemas pero al menos logra esparcer el cabreo reinante entre el resto de usuarios de la vía pública, hacían todo lo contrario: levantar barreras. Algunos conductores no se lo creían y trataban de pagar incluso cuando la barrera ya estaba levantada y la máquina de cobro desactivada, pero la reacción general fue de agradecido jolgorio ante unos huelguistas que nos liberaban del perenne peaje, aunque fuese por unas pocas horas.
Es de agradecer que al contrario que supuestos estudiantes corta calles y destrozatodo, agricultores quemaneumáticos y todo tipo de colectivos protestones con ganas de impedir al resto de la ciudadanía su libre derecho a circular, en esta ocasión una protesta laboral, tan digna como todas las demás de ser mantenida, no perjudique más que a las empresas contra las que se dirige. Sería bueno que otros colectivos, cuando se tercie, hagan un esfuerzo de imaginación para elegir su modo de protesta. En este caso no se ha perjudicado a ningún conductor, al contrario. Lástima que estos huelguistas, que muestran signos de gran capacidad de imaginación e inteligencia a buen seguro serán capaces de solucionar su conflicto en un plazo de tiempo más breve que largo. No es que sea adivino,pero seguro que a la concesionaria de la autopista no le hará ninguna gracia ver sus barreras levantadas... Quizás estos sindicalistas cuando solucionen su conflicto podrían darse una vuelta por no se que palacete y explicarle a unos cuantos mandamases del país, que llevan un montón de meses diciendo que nos van a salvar pactando nosecuantas medidas anticrisis sin haber llegado a conclusión alguna por el momento. En fin, que al menos de momento algunos se han podido ahorrar el pago de unos peajes. No nos sacará de la crisis, pero menos da una piedra.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Un país de juguete

Uno de mis recuerdos de niñez más bonitos que conservo, pese a lo lejos que queda ya de quien esto os escribe, fue cuando mis padres me regalaron un tren eléctrico. Con los años, el tren fue creciendo, con una maqueta en la que había carreteritas, vías de tren, hasta una gasolinera y camioncitos... Era mi mundo, que descansaba bajo la cama y el fin de semana cobraba vida cuando conectaba los trenes, movía los camioncitos por las dos carreteritas que yo tenía en mi minimundo. Eso sí, aquel paisito se veía muy bonito, pero no soportaba demasiados vaivenes... Las vías había que tratarlas con mimo, los camioncitos y trenes eran de plástico y soportaban pocas incidencias. El cuidado que requería era extremo si uno quería mantenerlo en funcionamiento.
Precísamente hoy, a mis más de 40 años miro por la ventana de casa y lo que veo me recuerda mucho a aquel paisito de juguete...El paisaje es hermoso, la nieve, caída hace tres días cuando os escribo, lo adorna todo. Eso sí, también demuestra que este país, como el que yo de niño guardaba bajo la cama, sigue siendo de juguete. ASí lo demuestran todavía hoy 19 kilómetros de cola en el acceso de la Joanquera. Francia sigue como siempre, facilitando las cosas, de modo que ha reducido a un carril la capacidad de la autopista. Del lado español, mejor ni hablamos. El domingo fue un caos, el lunes fue un caos pero colapsado, el martes se despejaba la nieve del asfalto, pero vaya, nadie pensaba en desatascar los aparcamientos donde se llegó a acumular más de medio metro de nieve y el miércoles buena parte del país sigue atascada y sin electricidad... En fin, que mi pequeño paisito de juguete, la maqueta de tren de mi niñez, era muy frágil pero yo me bastaba para solucionar sus problemitas y mantenerlo en funcionamiento. Lástima que en este otro pàis de juguete, que parece ser el de la vida real, los muchos bienpensantes gobernantes personificados a modo de consellers, ministros y todo tipo de títeres con coche oficial no sean tan capaces de mantener las cosas en funcionamiento como el niño que fui cuidando mi maqueta de tren. Porque lo cierto es que estamos viviendo una situación que parece ser de emergencia, pero causado por algo que en principio no debería resultar excepcional. Una nevada en invierno en Catalunya no debería ser algo como para paralizar la vida y, más en concreto, la principal conexión de nuestro transporte por carretera con el resto de Europa durante más de tres días.