martes, 18 de diciembre de 2012

Cuento de Navidad en la NII (18-12-12)

En este país llevamos ya demasiados meses y, lo que es peor, trimestres, que es como cuentan el tiempo los economistas que todavía se atreven a hacerlo, sufriendo un estado de las cosas no precisamente positivo. La crisis ya es algo que nos acompaña sin más, tan presente como el sol en el cielo, un vecino en el rellano de casa o cualquier otro elemento cotidiano… Tanto es así que algunos días si se te ocurre conducir escuchando la radio o bien has cometido el error de hojear el diario mientras te tomaste el café con leche matutino la reacción humana más lógica consiste en dejarlo todo y salir corriendo. ¡El paro! ¡Más paro! ¡Deshaucios!¡Gente en la calle sin pisos y bancos llenos de pisos sin gente que quieren nuestro dinero! Y encima no faltan casos de grandes mangantes que atesoran millones de euros con la misma facilidad con que los simples ciudadanos únicamente atesoramos recibos para pagar cuando llega el fin de mes… Y es que muchos días si se te ocurre escuchar una tertulia radiofónica de actualidad política se te hiela el ánimo convencido que este país ya no sirve ni para que lo rescaten. Hace pocos días, quien esto os escribe andaba al volante sumido en ese tipo de pesimistas reflexiones, tras haber padecido una ración matutina de tertulianos radiofónicos convertidos en auténticos voceros paniaguados del apocalipsis. Afortunadamente los disgustos raramente bastaron para quitarme el apetito de modo que decidí detenerme en uno de esos restaurantes de carretera de toda la vida donde se sigue comiendo razonablemente bien a cambio de una tarifa igualmente razonable en medio de los Monegros. Sentado de espaldas a la televisión, no quería darle la oportunidad al telediario para fastidiarme el almuerzo, empiezas a dar cuenta del plato… Te fijas en lo que hay a tu alrededor y ves que quedan pocas sillas vacías en el comedor. Son las dos, la mayoría de los comensales forman parte de esta familia, la de los profesionales de la ruta… Uno por mesa, salvo un par de mesas con tres y cuatro ocupantes donde coinciden compañeros de trabajo. La verdad es que algunos afortunados todavía nos hemos reunido allí, trabajamos y nos llega para comer… Está visto que al propietario del restaurante el telediario tampoco le va a fastidiar el día. La televisión sigue allí en marcha pero el sonido al mínimo convierte a los anunciadores de recortes en inofensivas marionetas. En lugar de los malos agüeros el salón se inunda con el sonido característico de villancicos navideños a todo volumen. Lo cierto es que la combinación de estridencia navideña y un salón repleto de hombres solitarios con rostro sombrío resulta cuando menos curiosa. Pero allí, saboreando la comida, escuchando los villancicos que tenían la virtud de enmudecer las noticias sobre la crisis, te fijas en que pese a todo todavía hay gente dando el callo y sacando sus vidas adelante. Lo cierto es que viendo a través de la ventana tras la barra del bar la lista de precios del combustible en la gasolinera no deja de ser un auténtico milagro navideño que tantos transportistas sigan adelante. No es un cuento de navidad, no esto también forma parte de la realidad. No suele salir en las tertulias de los anunciadores profesionales del desastre, pero forma parte de la salida de esta puñetera crisis. Una salida de la crisis que todavía se adivina endemoniadamente lejos, pero que cada vez está más cerca. Seguro. Nuestro deseo para 2013 es que encontremos dicha salida más pronto que tarde y, sobretodo, que el máximo número de todos vosotros lo vea trabajando. Será una buena señal y de paso ayudaría.

martes, 30 de octubre de 2012

¿El mejor momento para cambiar de camión?

Quizás a bastantes de vosotros quien os diga esto, el titular que encabeza este escrito, dicho así, a la brava y sin signos de interrogación, con la que está cayendo sólo lo pueda decir un optimista sin remedio o bien un vendedor de vehículos industriales, que todavía los hay… Pero lo cierto es que viendo las estadísticas de ventas de vehículos industriales, en decadencia mes tras mes, se nos dice que prácticamente el 50 por ciento del parque de vehículos industriales tiene ya más de 10 años de antigüedad, lo cual significa un claro retroceso respecto a lo que entre todos habíamos logrado con el desarrollo económico del país y el sector del transporte por carretera. Lo cierto es que el transportista actual, como bien sabéis cualquiera de vosotros, sea desde un despacho al frente de una flota de decenas o centenas de vehículos o simplemente al volante del único camión que forma la empresa que te da de comer a ti a tus familiares, pero lo cierto es que se debe trabajar duro, como siempre, para llegar a fin de mes pero teniendo en cuenta que ahora lo hacemos pagando el litro de gasóleo casi siempre por encima de 1,4 euros el litro y muchas veces incluso superando los 1,5 euros por litro. Frente a esta dura realidad se pueden hacer pocas cosas. Una de ellas es tirar la toalla y buscar otro negocio o trabajo al que dedicarse, la otra plantearse protestas o movilizaciones que raramente han logrado algo en concreto cuando de nuestro sector hablamos y no digamos ya si lo que se pretendía era apelar al corazoncito de las petroleras dominantes del mercado y lograr rebajas en el precio del combustible… ¿Qué nos queda por hacer? Pues bien, en el supuesto en que diariamente tengas trabajo y encima lo cobres en plazos razonables lo cierto es que desde estas líneas se me ocurre que para algunos la salida más razonable puede ser decidirse arenovar el vehículo. A nadie le apetece meterse en una letra de mil euros por vehículo con nubarrones en el horizonte, pero permitidme que os explique un caso real, vivido por un amigo. Os paso sus datos básicos: Transportista autónomo al volante de un camión perfectamente cuidado pero casi con 10 años de antigüedad, se trata de una tractora con un conjunto articulado de de 40 toneladas realizando ruta nacional. Al hombre le han cedido un camión de pruebas de última generación durante una semana… ¿El resultado? Pues bien, a parte de los propios dientes largos de quien entra en un cabinón de última generación y siente como su puesto de conducción mima a su ocupante, lo cierto es que al volante de ese camión con tecnología de 2012 y motor Euro 5 me contaba que no sólo hizo su ruta más cómodo sinó que gastó casi 10 litros a los 100 kilómetros menos que con su propio camión…¡Diez litros! Pues sí, conduciendo él mismo, con su estilo de siempre y es que la tecnología actual hace que para pasar de 30 litros a los 100 con muchos vehículos de última generación debas conducir despreocupadamente o bien ir a tope de carga por rutas de perfil complicado. Mi amigo me comentaba que no sabía que hacer. Desde luego prefería esperar un tiempo para renovar su viejo camión, pero claro, con esa diferencia en los consumos… Estamos hablando de casi 1.500 euros al mes de gasóleo gastado de más. Es decir, que la letra del camión se paga sólo con el ahorro de combustible. ¿Cómo para pensárselo verdad? Pues así está mi amigo, planteándose si cambia ahora de vehículo o sigue esperando. Pero lo cierto es que los camiones de última generación y en versión Euro 5 actualmente a la venta van a ser los camiones más ahorrativos y económicos en mucho tiempo, antes que la norma Euro 6 entre en vigor el 1 de enero de 2014. Merece la pena echar números y planteárselo, si queremos seguir siendo competitivos en la carretera.

jueves, 13 de septiembre de 2012

La “vuelta al cole” 20 años después ( Publicado 12-9-12) El 92 del pasado siglo fue un gran año, un año lleno de vivencias como pocos y ahora que visto con la nostalgia que el paso de dos décadas siempre aporta quien esto os escribe no duda en calificarlo de un magnífico e inolvidable año. Hoy, lo admito, no escribo sobre ningún tema candente del transporte actual, nuestro sector. El vuestro desde la carretera sea al volante, al frente de una empresa, desde un taller… El transporte también se convirtió en mi sector, casi sin darme cuenta, veinte años atrás cuando un mal estudiante universitario hijo de camionero no sabía como encauzar su futuro profesional, ni el futuro en general a mis 23 años de entonces… Eso sí, entre unos estudios medio encallados, mi creciente actividad como ayudante de camionero, repartidor de pianos concretamente, y todo lo que aquel verano olímpico conllevó para quienes tuvimos la oportunidad de vivirlo hubo pocas oportunidades para el aburrimiento. Con su flamante Pegaso mi padre fue el encargado, nada más y nada menos, que de mover arriba y abajo los pianos que para las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpiadas fueron necesarios y, claro, para empujar un piano de cola siempre han faltado manos… Y así empezó todo, ayudando a colocar un piano en un estadio olímpico, contactando con unos extraños y entusiastas periodistas que hacían una revista de camiones donde les quedaría de fábula un reportaje sobre repartidores de pianos. Por aquel entonces su cabecera era así de simple y rotunda: Camión. Luego los avatares económicos harían que aquella cabecera se transformara en Solo Camión y finalmente, tras unos fructíferos años, nuestros caminos se separaron. El reportaje sobre unos repartidores de pianos me pareció fantástico y sirvió para meterle a uno dentro el gusanillo de los reportajes de camiones… Pocos meses después en el Gran Premio de Camiones del Jarama de 1992 ya fui un colaborador más de aquella revista, felizmente acreditado con un pase de prensa , que incluía una plaza de parking en el paddock donde un Pegaso Mider de 20 toneladas nos servía como festivo campamento y base de operaciones. Justo cuando la economía nacional se topaba con la crisis postolímpica de 1993, a un servidor se le ocurría que aquella extraña afición consistente en realizar reportajes con los camiones y todo su mundo alrededor en el papel de protagonista quizás pudiera ser un oficio. Dos décadas después y en medio de otra crisis tan o más perturbadora sigo en ese oficio tan extraño y maravilloso: periodista especializado en el mundo del transporte por carretera. Este largo camino no hubiese sido posible sin contar con vosotros. En estos veinte años el camino ha sido largo y tan azaroso que os hablo desde una web, la vuestra, la de todos los encamion@utas que cada día sois más, durante 2012 ya hemos alcanzado los 20.000 usuarios mensuales. Hace 20 años escribí mi primer reportaje con máquina de escribir, que para que un chaval internauta nos entienda a los carcas se le puede decir que era un artefacto con un teclado con impresora pero sin pantalla y sin conexión a internet. Por supuesto internet era algo conocido únicamente por cuatro locos de la tecnología y lo de hacer reportajes iba inequívocamente ligado a las revistas y los kioscos.Las cosas han cambiado tanto como la diferencia entre el Pegaso Mider de mi añorado padre y los Mercedes Actros o Volvo New FH presentados durante las últimas semanas demuestran. Desde entonces el camino ha ido pasando por diversos tramos, como cualquier viaje de los que podáis afrontar al volante de vuestro camión, con tramos estrechos, seguidos de otros de estupenda autovía en ocasiones salpicados por lluvia o en ocasiones disfrutando de un día fantástico sin atascos… En fin, que en estos 20 años de periodismo el camino ha sido largo y variado, hemos disfrutado del paisanaje humano que va ligado al mundo del camión y, lo principal, nos hemos mantenido en este camino que os acompaña. Y os acompaña porque seguís siendo necesarios, tan necesarios como es el propio transporte para mantener viva la economía. Desde www.encamion.com el objetivo sigue siendo el mismo. Servir a todos los profesionales del transporte, sea simplemente ofreciendo un rato de distracción a través de reportajes sobre los aspectos más espectaculares del oficio, bien mostrando las últimas novedades del sector y su actualidad o bien acercando la realidad de cualquiera de vosotros, para así a través de cambiar impresiones quizás descubrir un nuevo modo de tirar adelante o aprender algo nuevo que resulte útil en el trabajo. Esa es la razón de ser de un medio de comunicación como éste. Un medio de comunicación que espera acompañaros en el camino todo el tiempo que estéis dispuestos a recorrerlo y que quiere aprovechar este humilde aniversario para agradeceros a todos la confianza y , en muchos casos, la amistad con que nos premiáis cada vez que entráis en esta página. Por aquí seguiremos. Joan Garriga Editor de www.encamion.com

lunes, 23 de enero de 2012

El transporte un sector sin amigos

Aunque la tradicional estampa del camionero de toda la vida era la de un tipo rudo y solitario, lo cierto es que también se trataba de personas amigables que disfrutaban de la tertulia entre compañeros de la ruta cuando podían aparcar su camión para disfrutar de un descanso. Lástima que como sector en conjunto el transporte de mercancías por carretera no parezca disfrutar de grandes amigos, precísamente. Y menos aún si nos referimos a las altas esferas, tanto en lo concerniente al quienes nos gobiernas desde España, como a los líderes políticos europeos de tratan de gobernar a quienes nos gobiernan y no digamos ya entre los financieros de alto nivel que gobiernan como quieren a todos, líderes incluidos.
Y claro, en una época donde lo que sobran son problemas y ocurrencias, mientras seguimos esperando las soluciones que no terminan de llegar, resulta que de cada dos ocurrencias que sueltan a la opinión pública e incluso transforman rápidamente en ley, pues tres (si tres de cada dos o al menos eso me parece) afectan al bolsillo del transportista. Y es que ni hipotecas basura de los USA, ni burbujazo inmobiliario de nuestra España, parece que cada vez más mandamases opinen que ir por la vida en camión es sinónimo de ser culpable de algo terrible y por lo tanto buen motivo para pagar MÁS. Si, más pero así MÁS, en mayúsculas. Y así nos van cayendo el mal llamado céntimo sanitario en el gasóleo donde todavía no se les había ocurrido esa nueva forma de apurar el bolsillo del contribuyente, se elimina el escaso beneficio que todavía significaba el gasóleo profesional, que nació como fruto de largas reivindicaciones de un sector que se dejó tomar el pelo en su momento... También tenemos grandes ocurrencias, como esa que nacía de las grandes constructores y sectores afines, pensando que ahora sería buen momento para que las autovías también sean de pago...¿Os parece imposible? En nuestro vecino Portugal ya lo han puesto en práctica, aunque sólo para los extranjeros. En fin, que el transporte parece destacar como un sector sin amigos entre las altas esferas y por lo tanto destaca en estos duros tiempos económicos como un excelente sector donde recaudar todavía más dinero. Será para redistribuir la riqueza de un modo más justo y así que un camionero forrado de pasta injustamente sea solidario con un pobre banquero a quien unos cuantos millones de euros le vendrían estupendamente.
En fin, que se me ocurre que algunas de esas muchísimas asociaciones empresariales, sindicales y de cualquier otro tipo existentes alrededor del transporte que tantas subvenciones y planes de ayuda a la formación han sabido reclamar también podrían haber servido alguna vez para acercar la realidad del transporte a nuestros gobernantes, a los de antes y a los de ahora, porque seguro que otro gallo nos cantaría y los camiones no estarían siempre entre los malos de la película.Quizás alguien debería explicar que un país con una economía competitiva necesita un buen sector del transporte por carretera y encima se trata de un sector que invierte y requiere abundante mano de obra...Lástima que en vez de como a un sector estratégico se nos siga tratando como siempre, como a esos pesaos que molestan y contaminan con sus inútiles camiones.