martes, 19 de octubre de 2010

El euroviñetazo ya está aquí

Con la llegada de esta puñetera crisis que se empeña en seguir con nosotros los gobiernos vieron como sus fuentes de ingresos disminuían sensiblemente. Ya se sabe que si a la masa currante nos cuesta llegar a fin de mes o simplemente ya no ingresamos demasiado, pues generamos menos impuestos...
Y claro, resulta que las carreteras siguen desgastándose, los semáforos requieren bombillas e incluso resulta que algunas obras incluso se finalizarán, aunque sea mucho más tarde de lo que se planificó en un principio y recortando el presupuesto. Y así están los gobiernos de medio mundo, entre ellos el nuestro, pensando de dónde van a salir los dineros necesarios. Son estos tiempos idóneos para recuperar propuestas como la de la Euroviñeta, un impuesto camuflado de ecológico que muchos vemos como protector de otros medios de transporte frente a la carretera y que nos viene dado desde Europa y los bienpensantes del parlamento de Estrasburgo que tanto tiempo para pensar nuevas ideas tienen. Pues bien, se trata de ponerle una especie de terminal de gps a cada camión autorizado a trabajar con un permiso de transportes, pero aquí en vez de recibir a cambio unas explicaciones sobre la ruta que debemos recorrer nos encontraremos con una factura a fin de mes. Y es que la llamada Euroviñeta, que en Alemania funciona ya desde hace años para camiones de más de 12 toneladas bajo la denominación Toll Collect, no es más que un peaje permanente para vehículos pesados, que supone un pago por kilómetro recorrido. Se paga por todos ellos, sea con o sin carga por autovía, calles o caminos. En fin, un nuevo y gravoso impuesto que no llegaría en el mejor de los momentos para el transportista.
Parece que la imperiosa necesidad de buscar nuevos ingresos puede terminar popularizando la Euroviñeta entre el resto de países de la Unión Europea, entre ellos España. Nuestros políticos lo verían como una especie de remedio milagroso que podría permitir seguir invirtiendo en obra civil a coste cero, para el gobierno no para los gobernados, claro.
Sin embargo las asociaciones de transportistas harían bien en seguir y fiscalizar este proceso de implantación, que parece se nos acerca de modo inevitable. Un hecho diferencial de España, respecto a lugares como Suiza y Alemania donde nacen estos sistemas telemáticos de peaje, es que aquí una parte de nuestras vías rápidas ya son de pago. Así, de no adaptarse la legislación e implantación de dicho impuesto los camiones que recorrieran una autopista de peaje podrían encontrarse en la curiosa situación de duplicar el pago en ciertos tramos: vía peaje y euroviñeta. En fin, que esperemos que la dichosa euroviñeta cuando se implante lo haga a modo de impuesto razonable y razonado, si no queda otro remedio, en vez de como un simple instrumento recaudador más... El tiempo y el bolsillo nos lo dirán.