lunes, 30 de agosto de 2010

Caravanas solidarias,camiones, eficacia y terrorismo

Por fortuna terminó la pesadilla para los dos cooperantes de la ONG Barcelona Acció Solidària, la organización que con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona llevaba años poniendo en marcha una caravana solidaria de ayuda a diversos pueblos del Norte de África y el Sahel.
Para el gran público los camiones blancos, mezcla de todoterrenos exmilitares y algunas viejas glorias del transporte salvados del desguace, saltaban a la fama debido al ataque armado y secuestro que sufrían tres de sus miembros, dos de ellos liberados en una segunda y agónica entrega tras alcanzar el triste honor de ser los retenidos que han pasado mayor tiempo, cerca de nueve meses, en manos de los fanáticos iluminados armados de Al Qaeda.
Pero lo cierto es que la caravana nacía muchos años atrás y, por criticada que haya sido y pueda serlo, nacía con loables motivos. Recordemos que durante algunos años el antiguo Rallye Dakar, el que se llamaba Dakar porque tenía en esa capital del Senegal su línea de meta no el de ahora que se celebra por tierras latinoamericanas, tuvo en Barcelona etapas destacadas. Eso potenció la idea de crear otra caravana paralela donde los vehículos participantes no lo hicieran con una meta deportiva sinó con el loable objetivo de repartir ayuda humanitaria por el mismo recorrido de la prueba deportiva. Lo cierto es que la caravana pudo resultar útil para un sinfin de ong y proyectos, que no contaban con medios propios de transporte. Estos vehículos simplemente ofrecían su recorrido y carga útil para llevar la ayuda de otras entidades a diversos pueblos de Mauritania, Mali, Senegal, etc.

Lástima que como decía la canción "los tiempos están cambiando" y no siempre sea para bien. El Dakar no abandonó tierras africanas por capricho. Se había convertido en un caramelo mediático codiciado por terroristas... Ya no era seguro recorrer las grandes extensiones desérticas africanas llamando la atención y mostrando la riqueza del ostentoso primer mundo a los habitantes de una de las zonas más pobres del planeta. La organización de la carrera abandonó África... Nuestros bien intencionados oenegeros no lo hicieron. Siguieron aportando su solidaridad por los caminos africanos, aunque algunos ya entonces opinábamos que esa caravana solidaria lo que hacía era repartir las mantas, los pupitres, alimentos y medicamentos más caros del mundo. Porque para ser una ONG lo cierto es que la caravana se estaba convirtiendo en una especie de enorme agencia de viajes, donde a cada tonelada de ayuda enviada le acompañaba un abundante y festivo contingente de periodistas, cargos públicos, algún que otro rostro popular de la televisión y muchos voluntarios que vivían así una estupenda aventura solidaria durante sus vacaciones. Si el único y principal fin de la caravana hubiese sido hacer llegar 30 toneladas de ayuda humanitaria a un destino concreto de África, todos los que tenemos alguna relación con el mundo del transporte y la logística sabemos que existen modos mucho más eficaces que montar una caravana de vehículos acompañada por varias decenas de personas. Pero bueno, se les podía criticar la eficiencia del modo de transporte elegido, pero lo cierto es que mientras yo, como tantos otros, me quedaba en casita, una treintena de respetabilísimos iluminados se iban a recorrer África y regalar material escolar, médico, alimentos... No se hubiesen ganado la vida como transportistas pero desde luego estaban haciendo algo por mejorar el mundo.
Lástima que con la espantá del Dakar la caravana solidaria terminó representando esa ostentación del mundo rico y mediático a través de África. La caravana llamaba la atención de los medios de comunicación, además de la atención de los terroristas. ¡El drama estaba servido!
Lo peor de este secuestro es que el dinero además de la ayuda humanitaria que cargaban sus camiones en esta ocasión ha servido para entregar varios millones de euros que nuestro gobierno dice no haber pagado pero alguien si ha cobrado a cambio de liberar a los secuestrados. Un drama, esperemos que al menos sirva para replantear o simplemente terminar con el concepto de caravana solidaria. Alquilar un container y emviarlo al Senegal por via marítima no será tan vistoso ni quedará tan bien en la prensa, pero sirve para hacer llegar un montón de ayuda humanitaria, 30 toneladas, donde quieres. Tampoco sirve para que treinta personas pasen unas vacaciones super solidarias y emocionantes, pero al menos evita andar llamando la atención por ahí, en estos tiempos que corren...