jueves, 23 de enero de 2014

¿De cajón o de restaurant?

Carretera, un alto en el camino entre dos reportajes y un café en solitario en la barra de cualquier bar de esos de gasolinera con su inconfundible impersonalidad que los hace a todos casi iguales... Poca gente, salvo un grupito donde dos de ellos llevaban la voz cantante. El uno vestía unos tejanos y un jersey a la moda, el otro... Bueno unos pantalones de chandal y una camiseta vieja llena de lamparones. Por las llaves sobre la mesa y los camiones aparcados fuera se trataba de profesionales del transporte. Vamos, camioneros de toda la vida. La conversación iba subiendo de tono y poco a poco se iba convirtiendo en algo bastante más interesante que los anuncios de la TV. Por lo visto al chico del chandal se le había ocurrido hacer un comentario sobre lo elegante que era su compañero de mesa, de charla y de viaje, pero desde luego no de empresa. El comentario debía haber sido algo así: "Eres un pijo con un camión y siempre tan elegante." Y lo que tiene este país nuestro lleno de gente harta de soportar la crisis, donde una cosa siempre llevó a la otra y donde cualquier inocente discusión, sobre la moda para camioneros, puede desembocar en una cruel radiografía de como nos ganamos la vida al volante. Si es que se llega a fin de mes. Ahora el que llevaba la voz cantante era el de los tejanos y el jersey elegantes: "Pues sí, me compro la ropa que me gusta. ¡¡Para eso trabajo todo el mes y no paro en casa!! Yo no te digo nada de como vistes. Tú andas con un chandal roto porque si tu jefe cobrara por esa carga que llevamos lo que se debe a lo mejor podría pagarte un sueldo normal y tú no tendrías que andar vestido como si hubieras salido de un cubo de basura." Con un comentario así, lanzado de golpe a la cara, éramos ya varios los presentes que no nos hubiésemos extrañado de ver una pelea en directo y en toda regla. Pero lo cierto es que el silencio se hizo de golpe en la mesa de los cinco compañeros ocasionales de ruta. Miraban fíjamente al aparcamiento medio iluminado, donde sus cinco camiones estaban allí aparcados con sus cinco cargamentos idénticos... Los miraban como si no fuesen sus propios camiones, como si de repente hubiesen descubierto algo extraño en ellos... Como si no lograran entender porque cinco viajes idénticos con cinco cargas idénticas no significaban cinco pagas idénticas e igualmente justas. Los miraban como si de repente hubiesen descubierto algo en ellos nunca hubiesen visto antes. Y parecía que no les gustaba nada lo que habían descubierto.

miércoles, 26 de junio de 2013

¿Europeos de primera o alemanes de segunda? (26-06-13)

Últimamente no parece que Europa, no el continente geográfico sinó la supuesta Unión Europea, se esté rompiendo sinó más bien que nos la estén rompiendo en la mismísima cara. Aunque casos puntuales de abusos sufridos por algún transportista español por las rutas europeas surgen de cuando en cuando desde que los primeros Pegasos con placa TIR se atrevieron a cruzar los Pirineos, lo cierto es que de un tiempo a esta parte dichos abusos no sólo se empiezan a generalizar sinó que además parece que los llevan a cabo autoridades en ciertos países para congraciarse con sus compatriotas en unos tiempos en que el extranjero empieza a ser el culpable de todos los males. Y,claro, un transportista de internacional suele ser ese extranjero allá por donde circule, siempre a mano para que la autoridad abusiva de turno atropelle sus derechos para demostrar a su opinión pública que los peligrosos extranjeros se mantienen a ralla. Los abusos ahora llegan a modo de supuesta preocupación por la seguridad vial. En algunos lander alemanes parece ser que la policía está dispuesta a acabar con todos los camiones peligrosos y, por lo visto, el mayor peligro de un camión consiste en no lucir una bonita placa de matrícula alemana en su frontal. La última moda en las autobahn consiste en que una patrulla de carreteras recorra los aparcamientos a la búsqueda de un incauto transportista extranjero. Se le piden al vehículo los papeles y aún cuando estén totalmente en regla se le obliga a acudir a una ITV, alemana con técnicos alemanes según cánones alemanes, y se procede a inspeccionar todo el vehículo despreciando totalmente cualquier prueba de haber superado una ITV española que el transportista peligroso sea capaz de aportar, aquí peligroso puede aplicarse como sinónimo de extranjero. Hace pocas semanas un transportista explicaba como uno de sus vehículos había sido retenido varias jornadas en Alemania con este tipo de tretas. Al conductor le habían obligado a sustituir incluso varios neumáticos nuevos del vehículo y el camión había completado una factura de varios miles de euros en el taller. Abuso nos parece poco ante prácticas así. Si esto se generaliza hablar de libre circulación en la Unión Europea va a ser poco más que un ejercicio de cinismo. Alguna asociación de transportistas lleva ya años tratando de frenar estos abusos, se nos ocurre que un remedio sería circular por Alemania con un vehículo perfectamente alemán, sea MAN o Mercedes, enganchado a un semi fabricado en el mismo país compendio de la perfección técnica, equipado con neumáticos de la misma nacionalidad. Eso sí, manchando todo ese compendio de perfección técnica germana con una placa de matrícula insultantemente mediterránea, ya sabéis de un país como el nuestro de esos donde nadie trabaja, todos robamos y sólo pensamos en incumplir normas para fastidiar a nuestros socios de la Unión Europea... ¿Y si te paran? Pues denuncias a la marca del camión, a la del semi y a la de los neumáticos por ser incapaces de cumplir con una perfecta ITV alemana y, fin del problema, que se entiendan entre alemanes, que al menos hablan la misma lengua.

jueves, 25 de abril de 2013

España: ¿La otra Alemania? Con sus baches y sus peajes...

Aunque en los grandes medios de comunicación lo que sigue predominando es el eco de voces que machaconamente nos recuerdan lo mal que estamos enmedio de esta puñetera crisis, algunas veces entre las muchas plañideras mediáticas se pueden escuchar pequeños atisbos de esperanza. Son los que más que explicar lo que cualquiera saliendo a cualquier calle del país ya sabe, que estamos fatal, tratan de acertar a explicar como vamos a salir de ésta y a través de que medios... A estas alturas de 2013 parece claro que durante la última década hemos pasado del "España va bien" al "España se jodió" y lo único que está claro para la mayoría de parados, currantes y habitantes del país en general es que hay que espabilarse como sea para lograr llegar a fin de mes. Porque mientras los gobernantes parecen demasiado ocupados en cuidar las grandes corporaciones y tratar de contentar a la señora Merkel, más que de ver como anda el pueblo. Parece que de lo poco que en nuestra economía va funcionando destacan dos sectores: el turismo y la exportación tanto industrial, como es el sector del automóvil, como en la agricultura. Algunos expertos internacionales ya hablan de España como de una próxima segunda Alemania en el Sur de Europa, pues las empresas que han sobrevivido a esta quema a base de reducir personal, salarios y costes se están convirtiendo en organizaciones realmente competitivas a nivel internacional. Tenemos algunos ejemplos espectaculares, como el Grupo Inditex gallego, otros que no están mediáticamente tan de moda como pueden ser las factorías de Iveco en Madrid y Valladolid, la del Grupo Volkswagen en Martorell (BCN), las de Renault en Castilla y León, por no hablar de la huerta murciana, almeriense y de Levante... En definitiva que algunos en este país más que ponerse las pilas parece que no se las quitaron nunca y pequeñas islas de actividad existen en el país. Muchas más de los pequeños y exitosos ejemplos que mencionamos en estas líneas. Todos ellos tienen algo en común. En el mundo real, no en el que dibujaban los proyectos faraónicos de infraestructuras de todo tipo propuestas desde gobiernos ebrios de manejar presupuestos abultadísimos, esas exportaciones que pueden ayudar a sacar el país adelante dependen fundamentalmente de la carretera. Es decir, del camión y los transportistas que los mantienen en activo. Pues sí, ya lo véis, sóis un sector estratégico para la economía de un país que necesita soluciones económicas... Sin embargo, ¿qué recibe el transportista? Pues falta acuciante de crédito para renovar flota aunque no le falte el trabajo, amenazas de nuevas cargas impositivas, precios del gasóleo galopantemente fuera de control, multas a las asociaciones que tratan de mantener los precios sobre el coste por kilómetro... En definitiva un sector no precísamente mimado por los diversos gobiernos, tanto a nivel nacional, europeo, como autonómico. Una de las últimas aportaciones nos parece ya un auténtico choteo...En Catalunya a principios de 2013 se inauguró a bombo y platillo el desdoblamiento de la C25, la ruta entre Girona y Lleida, atajo para las exportaciones españolas hacia la frontera de la Jonquera. Eso sí, el doble carril iba unido a la promesa, casi amenaza vista la actual situación del sector, de implementar un peaje telemático para los vehículos pesados. Eso sí, lástima que tras cuatro meses de uso dicha nueva infraestructura mediática ya ha visto como baches de más de un palmo de desnivel obligan a situar en varios tramos un impresentable límite provisional de 80 Km/h... Fantástico...¿Verdad? Además, en la continuación lógica desde Girona hacia la frontera los gobernantes autonómicos catalanes deciden que los camiones son los culpables de años de tragedias humanas prohibiendo su paso por la NII a vehículos de cuatro ejes o más. La alternativa, con descuento, pero es una vía de pago. Un coste más para un transportista que no está en su mejor momento. En fin, que no queda más que felicitar al responsable de Transports de la Generalitat de Catalunya, Pere Padrosa conocido transportista en cuyo currículo encontramos altos cargos en entidades del transporte a nivel mundial, por lo bien que está cuidando a su sector. Se nota que el transporte es un sector estratégico y vital para la economía...¿O no?

martes, 18 de diciembre de 2012

Cuento de Navidad en la NII (18-12-12)

En este país llevamos ya demasiados meses y, lo que es peor, trimestres, que es como cuentan el tiempo los economistas que todavía se atreven a hacerlo, sufriendo un estado de las cosas no precisamente positivo. La crisis ya es algo que nos acompaña sin más, tan presente como el sol en el cielo, un vecino en el rellano de casa o cualquier otro elemento cotidiano… Tanto es así que algunos días si se te ocurre conducir escuchando la radio o bien has cometido el error de hojear el diario mientras te tomaste el café con leche matutino la reacción humana más lógica consiste en dejarlo todo y salir corriendo. ¡El paro! ¡Más paro! ¡Deshaucios!¡Gente en la calle sin pisos y bancos llenos de pisos sin gente que quieren nuestro dinero! Y encima no faltan casos de grandes mangantes que atesoran millones de euros con la misma facilidad con que los simples ciudadanos únicamente atesoramos recibos para pagar cuando llega el fin de mes… Y es que muchos días si se te ocurre escuchar una tertulia radiofónica de actualidad política se te hiela el ánimo convencido que este país ya no sirve ni para que lo rescaten. Hace pocos días, quien esto os escribe andaba al volante sumido en ese tipo de pesimistas reflexiones, tras haber padecido una ración matutina de tertulianos radiofónicos convertidos en auténticos voceros paniaguados del apocalipsis. Afortunadamente los disgustos raramente bastaron para quitarme el apetito de modo que decidí detenerme en uno de esos restaurantes de carretera de toda la vida donde se sigue comiendo razonablemente bien a cambio de una tarifa igualmente razonable en medio de los Monegros. Sentado de espaldas a la televisión, no quería darle la oportunidad al telediario para fastidiarme el almuerzo, empiezas a dar cuenta del plato… Te fijas en lo que hay a tu alrededor y ves que quedan pocas sillas vacías en el comedor. Son las dos, la mayoría de los comensales forman parte de esta familia, la de los profesionales de la ruta… Uno por mesa, salvo un par de mesas con tres y cuatro ocupantes donde coinciden compañeros de trabajo. La verdad es que algunos afortunados todavía nos hemos reunido allí, trabajamos y nos llega para comer… Está visto que al propietario del restaurante el telediario tampoco le va a fastidiar el día. La televisión sigue allí en marcha pero el sonido al mínimo convierte a los anunciadores de recortes en inofensivas marionetas. En lugar de los malos agüeros el salón se inunda con el sonido característico de villancicos navideños a todo volumen. Lo cierto es que la combinación de estridencia navideña y un salón repleto de hombres solitarios con rostro sombrío resulta cuando menos curiosa. Pero allí, saboreando la comida, escuchando los villancicos que tenían la virtud de enmudecer las noticias sobre la crisis, te fijas en que pese a todo todavía hay gente dando el callo y sacando sus vidas adelante. Lo cierto es que viendo a través de la ventana tras la barra del bar la lista de precios del combustible en la gasolinera no deja de ser un auténtico milagro navideño que tantos transportistas sigan adelante. No es un cuento de navidad, no esto también forma parte de la realidad. No suele salir en las tertulias de los anunciadores profesionales del desastre, pero forma parte de la salida de esta puñetera crisis. Una salida de la crisis que todavía se adivina endemoniadamente lejos, pero que cada vez está más cerca. Seguro. Nuestro deseo para 2013 es que encontremos dicha salida más pronto que tarde y, sobretodo, que el máximo número de todos vosotros lo vea trabajando. Será una buena señal y de paso ayudaría.

martes, 30 de octubre de 2012

¿El mejor momento para cambiar de camión?

Quizás a bastantes de vosotros quien os diga esto, el titular que encabeza este escrito, dicho así, a la brava y sin signos de interrogación, con la que está cayendo sólo lo pueda decir un optimista sin remedio o bien un vendedor de vehículos industriales, que todavía los hay… Pero lo cierto es que viendo las estadísticas de ventas de vehículos industriales, en decadencia mes tras mes, se nos dice que prácticamente el 50 por ciento del parque de vehículos industriales tiene ya más de 10 años de antigüedad, lo cual significa un claro retroceso respecto a lo que entre todos habíamos logrado con el desarrollo económico del país y el sector del transporte por carretera. Lo cierto es que el transportista actual, como bien sabéis cualquiera de vosotros, sea desde un despacho al frente de una flota de decenas o centenas de vehículos o simplemente al volante del único camión que forma la empresa que te da de comer a ti a tus familiares, pero lo cierto es que se debe trabajar duro, como siempre, para llegar a fin de mes pero teniendo en cuenta que ahora lo hacemos pagando el litro de gasóleo casi siempre por encima de 1,4 euros el litro y muchas veces incluso superando los 1,5 euros por litro. Frente a esta dura realidad se pueden hacer pocas cosas. Una de ellas es tirar la toalla y buscar otro negocio o trabajo al que dedicarse, la otra plantearse protestas o movilizaciones que raramente han logrado algo en concreto cuando de nuestro sector hablamos y no digamos ya si lo que se pretendía era apelar al corazoncito de las petroleras dominantes del mercado y lograr rebajas en el precio del combustible… ¿Qué nos queda por hacer? Pues bien, en el supuesto en que diariamente tengas trabajo y encima lo cobres en plazos razonables lo cierto es que desde estas líneas se me ocurre que para algunos la salida más razonable puede ser decidirse arenovar el vehículo. A nadie le apetece meterse en una letra de mil euros por vehículo con nubarrones en el horizonte, pero permitidme que os explique un caso real, vivido por un amigo. Os paso sus datos básicos: Transportista autónomo al volante de un camión perfectamente cuidado pero casi con 10 años de antigüedad, se trata de una tractora con un conjunto articulado de de 40 toneladas realizando ruta nacional. Al hombre le han cedido un camión de pruebas de última generación durante una semana… ¿El resultado? Pues bien, a parte de los propios dientes largos de quien entra en un cabinón de última generación y siente como su puesto de conducción mima a su ocupante, lo cierto es que al volante de ese camión con tecnología de 2012 y motor Euro 5 me contaba que no sólo hizo su ruta más cómodo sinó que gastó casi 10 litros a los 100 kilómetros menos que con su propio camión…¡Diez litros! Pues sí, conduciendo él mismo, con su estilo de siempre y es que la tecnología actual hace que para pasar de 30 litros a los 100 con muchos vehículos de última generación debas conducir despreocupadamente o bien ir a tope de carga por rutas de perfil complicado. Mi amigo me comentaba que no sabía que hacer. Desde luego prefería esperar un tiempo para renovar su viejo camión, pero claro, con esa diferencia en los consumos… Estamos hablando de casi 1.500 euros al mes de gasóleo gastado de más. Es decir, que la letra del camión se paga sólo con el ahorro de combustible. ¿Cómo para pensárselo verdad? Pues así está mi amigo, planteándose si cambia ahora de vehículo o sigue esperando. Pero lo cierto es que los camiones de última generación y en versión Euro 5 actualmente a la venta van a ser los camiones más ahorrativos y económicos en mucho tiempo, antes que la norma Euro 6 entre en vigor el 1 de enero de 2014. Merece la pena echar números y planteárselo, si queremos seguir siendo competitivos en la carretera.

jueves, 13 de septiembre de 2012

La “vuelta al cole” 20 años después ( Publicado 12-9-12) El 92 del pasado siglo fue un gran año, un año lleno de vivencias como pocos y ahora que visto con la nostalgia que el paso de dos décadas siempre aporta quien esto os escribe no duda en calificarlo de un magnífico e inolvidable año. Hoy, lo admito, no escribo sobre ningún tema candente del transporte actual, nuestro sector. El vuestro desde la carretera sea al volante, al frente de una empresa, desde un taller… El transporte también se convirtió en mi sector, casi sin darme cuenta, veinte años atrás cuando un mal estudiante universitario hijo de camionero no sabía como encauzar su futuro profesional, ni el futuro en general a mis 23 años de entonces… Eso sí, entre unos estudios medio encallados, mi creciente actividad como ayudante de camionero, repartidor de pianos concretamente, y todo lo que aquel verano olímpico conllevó para quienes tuvimos la oportunidad de vivirlo hubo pocas oportunidades para el aburrimiento. Con su flamante Pegaso mi padre fue el encargado, nada más y nada menos, que de mover arriba y abajo los pianos que para las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpiadas fueron necesarios y, claro, para empujar un piano de cola siempre han faltado manos… Y así empezó todo, ayudando a colocar un piano en un estadio olímpico, contactando con unos extraños y entusiastas periodistas que hacían una revista de camiones donde les quedaría de fábula un reportaje sobre repartidores de pianos. Por aquel entonces su cabecera era así de simple y rotunda: Camión. Luego los avatares económicos harían que aquella cabecera se transformara en Solo Camión y finalmente, tras unos fructíferos años, nuestros caminos se separaron. El reportaje sobre unos repartidores de pianos me pareció fantástico y sirvió para meterle a uno dentro el gusanillo de los reportajes de camiones… Pocos meses después en el Gran Premio de Camiones del Jarama de 1992 ya fui un colaborador más de aquella revista, felizmente acreditado con un pase de prensa , que incluía una plaza de parking en el paddock donde un Pegaso Mider de 20 toneladas nos servía como festivo campamento y base de operaciones. Justo cuando la economía nacional se topaba con la crisis postolímpica de 1993, a un servidor se le ocurría que aquella extraña afición consistente en realizar reportajes con los camiones y todo su mundo alrededor en el papel de protagonista quizás pudiera ser un oficio. Dos décadas después y en medio de otra crisis tan o más perturbadora sigo en ese oficio tan extraño y maravilloso: periodista especializado en el mundo del transporte por carretera. Este largo camino no hubiese sido posible sin contar con vosotros. En estos veinte años el camino ha sido largo y tan azaroso que os hablo desde una web, la vuestra, la de todos los encamion@utas que cada día sois más, durante 2012 ya hemos alcanzado los 20.000 usuarios mensuales. Hace 20 años escribí mi primer reportaje con máquina de escribir, que para que un chaval internauta nos entienda a los carcas se le puede decir que era un artefacto con un teclado con impresora pero sin pantalla y sin conexión a internet. Por supuesto internet era algo conocido únicamente por cuatro locos de la tecnología y lo de hacer reportajes iba inequívocamente ligado a las revistas y los kioscos.Las cosas han cambiado tanto como la diferencia entre el Pegaso Mider de mi añorado padre y los Mercedes Actros o Volvo New FH presentados durante las últimas semanas demuestran. Desde entonces el camino ha ido pasando por diversos tramos, como cualquier viaje de los que podáis afrontar al volante de vuestro camión, con tramos estrechos, seguidos de otros de estupenda autovía en ocasiones salpicados por lluvia o en ocasiones disfrutando de un día fantástico sin atascos… En fin, que en estos 20 años de periodismo el camino ha sido largo y variado, hemos disfrutado del paisanaje humano que va ligado al mundo del camión y, lo principal, nos hemos mantenido en este camino que os acompaña. Y os acompaña porque seguís siendo necesarios, tan necesarios como es el propio transporte para mantener viva la economía. Desde www.encamion.com el objetivo sigue siendo el mismo. Servir a todos los profesionales del transporte, sea simplemente ofreciendo un rato de distracción a través de reportajes sobre los aspectos más espectaculares del oficio, bien mostrando las últimas novedades del sector y su actualidad o bien acercando la realidad de cualquiera de vosotros, para así a través de cambiar impresiones quizás descubrir un nuevo modo de tirar adelante o aprender algo nuevo que resulte útil en el trabajo. Esa es la razón de ser de un medio de comunicación como éste. Un medio de comunicación que espera acompañaros en el camino todo el tiempo que estéis dispuestos a recorrerlo y que quiere aprovechar este humilde aniversario para agradeceros a todos la confianza y , en muchos casos, la amistad con que nos premiáis cada vez que entráis en esta página. Por aquí seguiremos. Joan Garriga Editor de www.encamion.com

lunes, 23 de enero de 2012

El transporte un sector sin amigos

Aunque la tradicional estampa del camionero de toda la vida era la de un tipo rudo y solitario, lo cierto es que también se trataba de personas amigables que disfrutaban de la tertulia entre compañeros de la ruta cuando podían aparcar su camión para disfrutar de un descanso. Lástima que como sector en conjunto el transporte de mercancías por carretera no parezca disfrutar de grandes amigos, precísamente. Y menos aún si nos referimos a las altas esferas, tanto en lo concerniente al quienes nos gobiernas desde España, como a los líderes políticos europeos de tratan de gobernar a quienes nos gobiernan y no digamos ya entre los financieros de alto nivel que gobiernan como quieren a todos, líderes incluidos.
Y claro, en una época donde lo que sobran son problemas y ocurrencias, mientras seguimos esperando las soluciones que no terminan de llegar, resulta que de cada dos ocurrencias que sueltan a la opinión pública e incluso transforman rápidamente en ley, pues tres (si tres de cada dos o al menos eso me parece) afectan al bolsillo del transportista. Y es que ni hipotecas basura de los USA, ni burbujazo inmobiliario de nuestra España, parece que cada vez más mandamases opinen que ir por la vida en camión es sinónimo de ser culpable de algo terrible y por lo tanto buen motivo para pagar MÁS. Si, más pero así MÁS, en mayúsculas. Y así nos van cayendo el mal llamado céntimo sanitario en el gasóleo donde todavía no se les había ocurrido esa nueva forma de apurar el bolsillo del contribuyente, se elimina el escaso beneficio que todavía significaba el gasóleo profesional, que nació como fruto de largas reivindicaciones de un sector que se dejó tomar el pelo en su momento... También tenemos grandes ocurrencias, como esa que nacía de las grandes constructores y sectores afines, pensando que ahora sería buen momento para que las autovías también sean de pago...¿Os parece imposible? En nuestro vecino Portugal ya lo han puesto en práctica, aunque sólo para los extranjeros. En fin, que el transporte parece destacar como un sector sin amigos entre las altas esferas y por lo tanto destaca en estos duros tiempos económicos como un excelente sector donde recaudar todavía más dinero. Será para redistribuir la riqueza de un modo más justo y así que un camionero forrado de pasta injustamente sea solidario con un pobre banquero a quien unos cuantos millones de euros le vendrían estupendamente.
En fin, que se me ocurre que algunas de esas muchísimas asociaciones empresariales, sindicales y de cualquier otro tipo existentes alrededor del transporte que tantas subvenciones y planes de ayuda a la formación han sabido reclamar también podrían haber servido alguna vez para acercar la realidad del transporte a nuestros gobernantes, a los de antes y a los de ahora, porque seguro que otro gallo nos cantaría y los camiones no estarían siempre entre los malos de la película.Quizás alguien debería explicar que un país con una economía competitiva necesita un buen sector del transporte por carretera y encima se trata de un sector que invierte y requiere abundante mano de obra...Lástima que en vez de como a un sector estratégico se nos siga tratando como siempre, como a esos pesaos que molestan y contaminan con sus inútiles camiones.